La semana ocho era mi prueba de fuego, ya que para el sábado tenía que tratar de correr durante 180 minutos. Este era el plan:
- Lunes 09/03, 60 min. Easy Pace
- Martes 10/03, 45 min. Easy Pace
- Miércoles 11/03, 60 min. Easy Pace
- Jueves 12/03, 45 min. Easy Pace
- Viernes 13/03, descanso
- Sábado 14/03, 180 min. Easy Pace
- Domingo 15/03, descanso
De lunes a miércoles corrí lo programado, más o menos recorrí unos 30K en los 165 minutos; jueves y viernes descansé. Ese viernes me acosté muy temprano, a las 9:00pm ya estaba en cama luego de comer dos platos gigantes de fideos.
El sábado me reuní con el grupo a la hora de siempre, 6:15am. Luego que explicaron la ruta, la carga de trabajo (10K EP + 15K MP + 5K EP), nos juntamos y cada uno pidió para que le vaya bien en su carrera.
La ruta era similar a la de San Isidro que hicimos en la Semana Cinco, es decir, empezamos en el Pentagonito, luego recorrimos toda la San Borja Norte, Parque Norte, doblamos en Carriquiri, giramos nuevamente en Canaval y Moreyra, cruzamos Juan de Arona, Paseo del Bosque, todo Basadre y llegamos hasta el Hotel Country; luego seguimos por Coronel Portillo hasta El Ejército, llegamos al Malecón y fuimos hasta el Faro de Miraflores… hasta allí fueron 15K… luego de solo pensar que había que regresar, ya estaba cansado. Acá la ruta:
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Empezamos bien, corriendo todos juntos, los más rápidos se fueron separando poco a poco del resto, el paso Easy lo hicimos en 6:30 por K… hasta que llegamos al kilómetro 10 (aproximadamente por la Av. Basadre), en donde uno de los que iba al frente gritó: ‘hagan doble nudo a la zapatilla, se vienen 15K de Marathon Pace’, nuevamente la simpática Sra. Rocío me dijo: ‘yo solo corro hasta acá y regreso (osea 20K), qué se maten ellos’ ―si regresaba con ella solo iba hacer 120 minutos y mi idea era completar los 180 programados, así que decidí seguir con el grupo―, a lo lejos vi que me echaba las bendiciones y poder completar el resto del trayecto.
La mitad del grupo se quedó y la otra mitad seguimos ―pero iba atrás― todos aceleraron el paso, me costó alcanzar al último grupo, tenía que ir más rápido sin alargar el paso, un poco complicado al inicio, ya que inconscientemente si quieres ir más rápido tiendes a hacer tu paso más largo.
Llegando casi al Faro, empecé a correr al lado de Cecilia, una chica que estaba sudando demasiado y quería quitarse el polo, a lo que todos le respondían: ‘¡¡¡qué se lo quite, qué se lo quite!!!’, ja, ja, ja.
Corríamos uno al lado del otro, ella con su reloj controlaba la distancia y velocidad (éramos casi los últimos del grupo), y me decía: ‘estamos yendo bien, a 5:30 por kilómetro ―yo estaba que me moría.
Siempre se me adelantaba y trataba de alcanzarla ―pero me costaba―, la única manera era en los puntos de hidratación o en los cruces de las avenidas. De rato en rato decía sin mirar atrás: ‘¿estás allí?’, ja, ja, ja, ‘siiiiiiiii, le respondía’.
Ella había corrido cuatro maratones, su mejor marca fue en la última que corrió, en NY, en donde hizo menos de cuatro horas. Y luego me preguntó:
―¿vas a correr Lima?
―No, le dije, correré Boston
―Entonces ya has corrido varias maratones, ¿no?, me preguntó
―Noup, y nuevamente conté la historia de cómo me gané el cupo para correr Boston
―Estás loco, te vas a morir… y siguió corriendo
En el kilómetro 25K (ya de regreso a la altura de la Av. Aviación) tocaba hidratarnos, Santiago (el encargado de la hidratación) solo nos esperaba a nosotros, varios habían desistido o estaban siendo llevados por él en el auto. Esos últimos kilómetros bajamos la velocidad a 6:00.
Llegamos desde donde partimos luego de 180 minutos… estaba cansado, muerto, pero feliz… sentía agotamiento muscular y aún así no me dolía nada, ni las rodillas ni los tendones, ni nada de nada.
Fui donde Maro y le conté todo, estaba contenta por mi, hasta me regaló el polo con el voy a correr. ‘Estamos listos’, me dijo… ‘los últimos 12K en la maratón, vas a querer vomitar, desmayarte, salirte de la carrera… pero solo depende de ti’.
Nuevamente me dio permiso para ir a la playa…
En la playa lo mismo, el resto del día me la pasé durmiendo y descansando, luego aparecieron ‘Los Demonios’, pero tranquilitos. El domingo me levanté sin dolores, estaba muy contento.
En las donaciones vamos mejorando, llevo $600, los últimos días la gente ha aportado más. Mis viejitos ya me ayudaron, ¿dónde está el resto de mi familia?, ya puesssssssssssssss.
Ayúdame en http://www.firstgiving.com/carlos_narro.
viernes, 3 de abril de 2009
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