5K
El domingo nos despertamos temprano y fuimos a Boston a la carrera de 5K previa a la maratón. Boston estaba como de 30 a 40 minutos de Tauton, el pueblo donde vivían los Sres. Corbera.
Ese día hicieron 6°C y mucho viento… y llegué justo a tiempo para correr, así que ni pude calentar, mi único trote fue del auto a la línea de partida. Y no solo yo, todos en la partida estábamos que nos moríamos de frío.
Ubiqué luego un cartel que decía ‘Pace 6min.’ y me puse al lado de ellos, era el tiempo con el que más o menos había hecho mis últimas corridas, así que pensé correr con ese grupo.
Cuando empezó la carrera, todos salieron disparados, al comienzo los seguía bien, pero luego me empezaba a costar mucho. Pensaba y me preguntaba: ‘¿por qué van tan rápido?’, pero recordaba que muchos me habían dicho, ‘en clima frío y seco irás más rápido ya que estás acostumbrado a temperaturas altas y humedad’, así que seguí con ellos.
Casi al primer kilómetro, veo el reloj y noto que estaba yendo a 4min/K, y me pongo a pensar: ‘por qué dice 4min/K si me puse en el grupo de 6min/K’, luego yo mismo me di cuenta: ‘qué bestia, estamos en gringolandia, las unidades son diferentes, acá se miden en millas no en kilómetros’ (1 milla ~ 1.6K)… así que poco a poco bajé la velocidad hasta que fui a casi 6min/K.
Llegué los 5K como en 25 minutos creo, muriéndome de frío… luego de recoger mi medalla y cambiarme (obvio sin bañarme) fuimos hacer turismo, para conocer un poco de Boston... sobre todo las Universidades.
Lo peor de esta carrera, es que al regresar a la casa empecé a sentirme mal, me empezaba a doler la garganta y empezaba a estornudar, parecía que me había enfriado mucho y estaba a punto de resfriarme. Felizmente llevé mis pepas y me apliqué un par de antigripales.
La ceremonia de la ropa
Por la noche, antes de dormir, empecé a preparar mis cosas para el gran día, iba seguir las indicaciones del Sr. Angel, que tenía seis maratones encima:
—Arregla tu ropa de la carrera y tu ropa para después de la carrera—me aconsejaba
—OK
—No te olvides la ropa que botarás, gels, guantes, gorra, chip, etc—parecía se sabía de memoria todo lo requerido debido a su experiencia
Luego, la Sra. Gladis me da una bolsita con dos números, y me dice:
—Llévalo contigo, uno nunca sabe, por si acaso te vaya a pasar algo
—No se preocupe, no lo voy a necesitar—le decía porque no quería llamar a la mala suerte
—En serio Carlitos, uno nunca sabe, a lo mejor pisas mal, alguien sin querer te empuja cuando vas a pedir agua, pisas una cáscara y resbalas o simplemente te vuelve el dolor al pié... llévalo contigo aunque no lo necesites—ya me consideraba un hijo más y no quería me pase nada
Le agradecí por preocuparse por mí... doblé el papelito en ocho creo y lo metí al fondo del bolsillo del cinturón con el objetivo de no necesitarlo... felizmente no lo necesité.
Chikki, la perrita de los Corbera, me acompañó durante toda la noche mientras preparaba mi ropa... GRACIAS CHIKKI!!!
martes, 28 de abril de 2009
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