jueves, 29 de enero de 2009

Tendinitis y la con...are

Luego de fiestas —y después de tomar conciencia que mi lesión dificultaba mi entrenamiento— fui a ver a Maro, una fisioterapeuta holandesa quien un amigo que partició en la Maratón de Buenos Aires me había comentado.

Lo primero que Maro me dijo fue: ‘ven con las zapatillas con las que normalmente corres’, y eso hice.

Llegué a ella con mis zapatillas bajo el brazo y me pidió le cuente qué me dolía, qué había hecho y qué era lo que quería hacer. Empecé con la lotería entre los 60,000 empleados que EMC, la empresa para la cual trabajo, realizó a nivel mundial convocando a las personas que estaban interesadas en participar en la Maratón de Boston, de la cual EMC es patrocinador, a cambio de ayudar al Centro de Rehabilitación Michael Carter Lisnow. Luego proseguí con cómo fui elegido y finalmente con todo lo que he venido haciendo para prepararme y conseguir los US$2.500 que los elegidos deben llevar como donación.

— ¿Para qué Maratón? —me preguntó
— Para la de Boston —respondí.
— ¡¡¡Estás loco!!! ¡No sabes en lo que te has metido, es una de las Top 5 Marathons y una de las más difíciles en completar! —gritó en su consultorio.
—Ya estoy dentro —la miré y sonreí
—¡Nooooo Carlos! ¡No sabes lo que haces! Mucha gente se mata entrenando todo un año para correr en Boston y muchos no clasifican —me miraba con cara de preocupación
—Yo correré sin haber clasificado, ja —le respondí medio en broma, medio preocupado.

Luego cambió de cara y me miró con ojos de ‘pobrecito, no sabe lo que hace’, y me dijo:
‘tus zapatillas están bien, nos servirán para correr. Ahora veamos ese tendón’
Me tiré sobre la camilla, me volteé y le señalé dónde sentía el dolor.


Justo donde está le flecha verde apuntando, allí me dolía cada vez que intentaba correr. Al caminar y hacer mi vida cotidiana no sentía mayor molestia, pero ni bien empezaba a trotar, después de 10 minutos, sentía un dolor fuerte y lo mejor era detenerme.

—Es un dolor ocasionado por esfuerzo extremo —diagnosticó
—Para nada —le dije, pero luego recordaba que había corrido una media Maratón a fines de Noviembre, no descansé bien y seguí corriendo distancias largas a los dos días, y le sumamos un partido de fulbito con amigos del trabajo, todo eso ocasionó que se inflame el tendón.
—A partir de ahora, no jugaremos fútbol —me ordenó mirándome con cara de mamá preocupada. Creo que empezaba a quererme.

Empezó tocándome la zona lesionada con esas manos mágicas que han curado a muchas personas, las cuales le han dejado recuerdos de agradecimiento en toda la pared de su consultorio de San Borja.

—¿Acá? —apretó fuerte.
—¡Siiiiiiiiiiiii! —grité y me hizo ver a Judas calato, nunca supe cómo era Judas calato hasta ese día ja, ja, ja.

Aplicó gel, y con una máquina de ultrasonido masajeó en la zona lesionada por mucho tiempo hasta que un pitido de la máquina anunciaba que había acabado el tiempo de masajeo. Luego siguió masajeando la pierna con sus manos.

—Tenemos que hacer que ese tendón descanse… Luego tenemos que fortalecerlo —siempre hablaba en plural.

(…)

—¿Estiras antes y después? —me consultó
—Eso si hago
—¿A ver? —agarró mi pierna y la puso sobre su hombro.
(…)
—Está bien —concluyó.

Me recetó pepas y descanso, nada de tragos ni de desarreglos, nada de cigarros, nada de trotar, ni correr, ni creerme superman, solo las pepas y hielo en la zona tres veces al día.

Saqué cita para la semana siguiente, y me dijo: ‘toda esta semana descansaremos’. Así que le semana del 12 al 18 de enero no corrí ni medio kilómetro.

En unos días colgaré el siguiente post, de cómo mi tendón se va recuperando, si deseas puedes suscribirte al blog para que te enteres automáticamente cada vez que posteo algo. Además, no te olvides que puedes ayudar al Centro de Rehabilitación Michel Carter Lisnow, dando clic en el botón ‘DONATE al lado derecho de la página.

Gracias a todas las personas que han colaborado hasta ahora.

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