Volver a empezar

Un maratón es una prueba atlética de resistencia con categoría olímpica que consiste en correr a pie la sistancia de 42.195 Kilometros.

Su origen se encuentra en la gesta del soldado griego Filípides, quien en el año 490 a. C. murió de fatiga tras haber corrido unos 40 km desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa. En honor a la hazaña de Filípides se creó una competición con el nombre de "maratón", que fue incluida en los juegos de 1896 de Atenas.

La diferencia entre Filípides y yo, es que Filípides no tenía toda la indumentaria deportiva y tres trainers; uno para fortalecer masa muscular, otro para correr y una fisioterapeúta que revisar cualquier problema de lesión.

Dejé de correr por un tiempo y me ha costado volver hacerlo. A pesar de haber participado en dos medias maratones (y muchas carreras cortas), nunca entrené a conciencia ya que solo lo hacía como pasatiempo.

A raíz de la convocatoria, decidí tomar más seriamente este hábito. Empecé descargando una guía de Internet para correr maratones —algo así como ‘Marathon for Dummies’— y para ser sincero, la revisé para ver cuántas fotos tenía y no la volví a ver.

Luego pasé a la faja del gimnasio (en donde corría aproximandamente media hora) y terminé en ‘El Pentagonito’, sede del Ministerio de Defensa del Perú, el cual tiene una longitud de 4.3 kilómetros con subidas y bajadas en su trayecto. En rojo está marcada la ruta que seguimos.


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Poco a poco uno aprende que, definitivamente correr en la pista no es lo mismo que correr en una faja, ya que esta es más blanda y te impulsa en cada paso, mientras que la pista es dura y si a eso le sumamos que en Lima tienes que esquivar los huecos de las calles, a las personas, los autos que no paran cada vez que llegas a un cruce y la caca de perro, la tarea de entrenar tiene su pisca de vía crucis.

Con Paúl Runners, que es un grupo de corredores, corrí las primeras dos semanas de diciembre, luego de las cuales me lesioné de tendinitis, talvez porque pisé mal o simplemente porque no corría bien. Así que el resto de diciembre me la pasé descansando y subiendo de peso por culpa de las fiestas de fin de año.